Enseñe a sus hijos una vida de adoración
03/05/2024Soltar el control
03/05/2024La vida tiene sus momentos. Momentos de alegría, de fiesta y diversión, donde todo pinta de colores; y momentos grises y desoladores, que son un tanto desafiantes, en los que muy constantemente nos vemos obligados a tomar decisiones.
Vistos estos escenarios, hay algo que quiero dejar en tu corazón. Esos momentos alegres y felices son momentáneos, efímeros, así como vienen se van, pero aquellos que son desafiantes, que no generan exactamente un clima de fiesta, son los que nos llevan a definir de qué estamos hechos.
Es por eso, que cada prueba, obstáculo y dificultad en la vida, es una perla preciosa, que llega a nosotros para mostrarnos algo, hay una revelación oculta, que solo puede ser descubierta a través de esa circunstancia, no la podríamos ver de otra manera.
Ahora, lo importante aquí no es solo lo que enfrentamos, sino cómo lo enfrentamos. Por eso, es que me encanta lo que las escrituras nos dicen en Efesios 4:20-24 NVI:
“No fue esta la enseñanza que ustedes recibieron acerca de Cristo, si de veras se les habló y enseñó de Jesús según la verdad que está en él. Con respecto a la vida que antes llevaban, se les enseñó que debían quitarse el ropaje de la vieja naturaleza, la cual está corrompida por los deseos engañosos; ser renovados en la actitud de su mente; y ponerse el ropaje de la nueva naturaleza, creada a imagen de Dios, en verdadera justicia y santidad”.
Podemos extraer enseñanzas muy interesantes de este capítulo, como por ejemplo, que cuando llegamos a Cristo vestimos otro ropaje, pueden ser esas viejas costumbres o pensamientos, ya sean estos pecaminosos, negativos o que estaban alejados de la verdad, que solo encontramos en la Palabra de Dios, pero cuando le recibimos, nuestra mente y, por ende, nuestros pensamientos y costumbres viejas, son reemplazadas por la luz del entendimiento de la verdad que hallamos en Jesús. Si antes éramos negativos, nos volvemos seres positivos, si antes maldecíamos, ahora hablamos palabras de bien, porque la Palabra de Dios nos transforma, vestimos ropajes nuevos. ¡Somos nuevas criaturas!.
Por otro lado, también se menciona la frase: “la actitud de la mente”, que no es otra cosa que la manera en la que recepcionamos y procesamos aquello que viene para desmotivarnos, hacernos pensar mal, desanimarnos y agotar nuestras fuerzas.
Satanás es un especialista en crear escenarios perfectos de miedo, desolación e incertidumbre, que nos quieren llevar a dudar de nuestra fe.
Por eso, quiero desafiarte a dejar de observar tus circunstancias como grandes obstáculos, aprende más bien, a pararte desde tu situación para hablarle a tus problemas o circunstancias a través de la Palabra de Dios.
Quizás en algunos escenarios las situaciones no se irán del todo, puede que aún tengas que lidiar con otras cosas más, pero te puedo asegurar que si aprendes a confiar en Dios y todo cuanto Él es, siempre habrá una victoria del otro lado.