Peleas entre hermanos… ¿es posible evitarlas?
03/05/2024¿Cuál es la actitud de tu mente?
03/05/2024¡No hay nada más bello que ser papá! Es una experiencia inexplicable el sostener por primera vez a esa personita que al instante cautiva tu atención y corazón. Un momento en el que tenemos que repetirnos una y otra vez: “soy papá, soy papá, sooo – y – pa – pááá”, entre risas, lagrimas, éxtasis, atontamiento, tratando de que nos caiga la ficha… Ese regalo es una herencia que Dios deposita en nuestras manos. En Salmos 127:3 dice “…herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre”. Otra versión expresa: “Los hijos son un regalo del Señor; son una recompensa de su parte”. Con ella podemos hacer multiplicar las bendiciones para las siguientes generaciones, así como ser grandes responsables de que la bendición se eche a perder.
Somos responsables de la bendición
Si el Creador del universo, de todo lo que existe, nos hizo un regalo de inmensurable valor como lo son nuestros hijos, no cabe duda que está muy atento viendo si lo valoramos y cómo lo cuidamos. Los hijos son herencia y cuanto más piadosa y diligentemente cuidemos esa herencia, Dios sabrá cuántas otras herencias seremos capaces de administrar.
En Proverbios 22.6 dice: “Instruye al niño en su camino y aun cuando fuere viejo no se apartará de él”. Esto es una ley, pero será en el camino donde lo instruyamos el que ellos seguirán, o… -si no tenemos tiempo-, el camino que en terceros lo instruyan. Sin embargo, Dios nos da la instrucción precisa en Deuteronomio 6:4-7:
“…Jehová nuestro Dios, Jehová uno es. Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas. Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; y las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en tu casa…”
En este pasaje encontramos instrucciones que debemos pasar a nuestros hijos, pero antes tienen que estar cimentadas y arraigadas en nosotros, ellas son:
- Sentido de pertenencia: Jehová es nuestro Dios y nosotros somos sus hijos. Él es nuestro Padre por medio de Jesucristo nuestro Señor. Nos pensó, nos creó y nos mira. Es triste ver a los hijos llegar a ser mayores sin esa identidad, expresando no creer en Dios.
- Dios único: Jehová uno es. No solo es mi Dios sino que fuera de Él no hay otro, todo lo demás es falso. Fuera de Él no hay Dios.
- Adoración: Enseñarles a amar a Dios por sobre todas las cosas, con todo nuestro ser, alma, cuerpo y espíritu ¡eso es adoración!
La adoración es un perfume que sale del corazón, podemos explicarles de varias maneras pero, nada los impactará más que crezcan en medio de esa fragancia. Podemos decirles que amen al Señor, pero aprenderán realmente al escucharnos a nosotros mismos decir: “TE AMO SEÑOR”.
Es por eso, que hay algo que es inaplazable e impostergable, y es que no debe pasar un día más sin que establezcas “la adoración familiar”. Aliento y animo a los papás, varones, sacerdotes del hogar, que por encima de la timidez, retraimiento o el verse indigno, se esfuercen y sean valientes para establecer la adoración familiar. Antes bien, enseñando a nuestros hijos a vivir una vida de adoración las 24 horas del día de una manera genuina. Pues, no sale de una fuente agua dulce y salada, por tanto, no pueden salir palabras de adoración y también palabras obscenas, de mentira. El estilo de vida de adoración también podemos enseñar a nuestros hijos y el tiempo es ahora.
¿Cómo establecer la adoración familiar?
- Convoque a su familia: Créame, Dios lo respaldará. Establezca el momento y convoque a toda su familia para tener un tiempo con Dios.
- Asuma su rol: Dios lo puso como sacerdote, marque las pautas de lo que hará en ese tiempo. Tome el timón.
- Administre el tiempo para: Orar (motivos, quiénes), adorar, compartir la Palabra.
La adoración puede costar al inicio pero es un ejercicio espiritual, cada vez fluirá mejor. Si saben cantar y tocar un instrumento ¡adelante! Si no, pueden hacerlo con CDs o videos; pensando en eso también nació ¡CFAMUSIC! Utilícelo en su hogar. Pero tenga en cuenta que no siempre debe ser una canción, aprenda a derramar su corazón de manera espontánea con palabras de su corazón y las del Espíritu. No se desespere, es de a poco, un CD puede ayudarle mucho al comienzo.
- Repita: Hágalo con frecuencia, no importa si empezó varias y no continuó. ¡Hoy es el día para volver a empezar!
- Esté presente: Es en casa donde plantamos y regamos principios en la vida de nuestros hijos, para que esto ocurra necesitamos “ESTAR”. Si bien, debemos trabajar, producir, viajar, etc., no hay nada más importante que pasar tiempo con los hijos. Si no estamos en la casa, nada de lo hablado podremos aplicar.
Recuerde: La adoración forma el corazón de quienes la practican. Además de ver a su familia crecer en la intimidad con Dios, verá beneficios adicionales en todas las áreas. Se añadirán las bendiciones (Mt.6.33), habrá galardón al buscarlo a Él (He.11.6) y recibirá promesas para esta vida y la venidera (1Tim.4.8).