Las bendiciones a tu alrededor
07/05/2024El reflejo de sus pisadas
07/05/2024Hace unos meses venía siguiendo una línea constante de trabajo, quehaceres, proyectos e incluso tiempo libre… todo marchaba “rutinariamente bien”, y eso en cierta forma me brindaba una estabilidad y seguridad. Después de todo, ¿a quién no le gusta tener su vida bajo control? Así me sentía yo: en orden, y avanzando.
Repentinamente, ocurrió una situación que escapó completamente de mis manos, y afectaba al punto de hacerme dudar de si seguiría o no en uno de mis trabajos, de si seguiría o no teniendo el tiempo para mí misma, y, por si fuera poco, el dueño de la casa en donde vivimos con mi esposo, nos pidió entregarle las llaves al finalizar el año. ¡Debíamos mudarnos, en medio de la comodidad!
Todas estas noticias inesperadas, sin dudas, me abrumaron por unos segundos, pero inmediatamente recordé que Dios siempre, siempre ha sido fiel, y que Él tiene en sus manos cada situación.
No les miento, cuando digo que fueron unos segundos, pero, por más poco tiempo que pareciera, fue abrumador. ¿Seguiría trabajando? ¿Perdería un ingreso? ¿Cuánto costará buscar una nueva casa y acomodarnos en una zona desconocida? ¿Podremos terminar bien el año? Y, ¿qué pasaría con mi futuro? De repente, me vi en unos años, como si en esa milésima fracción de tiempo estaba dibujando mis miedos y viéndolos pasar a través de mis ojos. En ese mismo momento me detuve: ¿Por qué habría de temer, si sé que Dios está conmigo?
Y, aunque parezca difícil de creer o difícil de lograr, al instante, recordé lo que dice Proverbios 31:25, y me abracé a esta palabra: «y se ríe sin temor al futuro«.
Pero, ¿qué viene antes del “y se ríe”? «Está vestida de fortaleza y dignidad» ¡Me quedé maravillada!
Reír sin temor al futuro es el resultado de tener fortaleza y confiar ciega y plenamente en Dios. Muchas veces, atravesamos situaciones difíciles e incluso dolorosas. Desiertos que nos hacen dudar y pensar que nuestro futuro no será el mejor. Pero todo eso forma parte de nuestra <<fortaleza y dignidad>>, y produce como resultado, mirar hacia adelante -incluso sin saber lo que ocurrirá con nuestras vidas-, y aun así reír sin temor, porque Dios es quien tiene el control de todo.
Antes de cerrar el año, quiero animarte a tener este versículo como parte de tu día a día, ante cada desafío, o aún si el futuro parece incierto, y aplicarlo de forma práctica:
- Escribí tus metas, y también escribí tus anhelos, aquellos sueños que Dios puede cumplir si es Su voluntad.
- Cuando pases por un desierto, o recibas una noticia no muy alentadora, recordá que Dios no te suelta, que Él tiene un plan.
- No pienses en lo malo, sino pensá con expectativa lo que Él hará: ¿Tenes que mudarte de casa o de trabajo? Sonreí sin temor: Dios lo ordenará y todo tendrá un propósito. ¿Te quedaste sin trabajo? aunque cueste, sonreí sin temor, Dios proveerá una salida y será mucho mejor de lo que esperás.
Salir de nuestra zona de comodidad cuesta, pero también puede ser una gran oportunidad para confiar en Dios y creer que Él hará algo mayor, es una oportunidad para decidir «reír sin temor al futuro» ¡Que Dios te sorprenda en este 2024!