Liderazgo del Espíritu
07/05/2024Cuidado de las mascotas en épocas de frío
07/05/2024La Biblia dice que si nosotros somos sal y luz. Si somos un buen modelo, la gente va a glorificar a Dios (Mateo 5: 13-16), eso sin que tengamos que hacer esfuerzo. Esto quiere decir que no hace falta que tengas que aprender a predicar para poder evangelizar y ganar gente para Cristo, porque mucho más importante es tener un buen testimonio y ser un buen cristiano, no un buen religioso. Tu estilo de vida predica más fuerte, porque los hechos son más importantes que las palabras que puedas decir. Por eso, es importante que tengas un buen testimonio, porque esa es la mejor arma para evangelizar.
El hecho de que tu estilo de vida sea un ejemplo a imitar, tiene un gran impacto en nuestro alrededor. La Palabra dice que por nuestros frutos nos van a conocer (Mateo 7:16). Y el mundo está desesperado en la búsqueda de un modelo digno de ser imitado. Hoy en día vemos que futbolistas, héroes de cine, y otras figuras muy conocidas, son modelos a quienes las personas imitan, ¿por qué? ¡Porque la gente busca alguien con quien identificarse! Y eso es algo que está en nuestra naturaleza. Es muy importante que guardes tu testimonio en el lugar donde estés, ya sea en la iglesia, en tu hogar, etc. Porque eso va a determinar que la gente te siga.
Todos tenemos que ser de una sola pieza, es decir que no tenemos que ser fluctuantes como las olas que van y vienen. Por eso debés ser constante, porque también esto te traerá seguridad y carácter. De lo contrario, serías de aquellos que fingen una cosa en la iglesia y otra en la calle, aparentando “ser alguien que en verdad no sos”.
Entonces, lo más práctico es que te decidas a ser un buen cristiano, tanto en la iglesia como fuera de ella. Si no, asumí las consecuencias que te traerá el aparentar “ser cristiano”. Porque lo peor que hay es fingir. El que es una cosa en la iglesia y otra cosa en la calle es catalogado como “tibio”, según la Palabra de Dios, pues dice que no es frío ni caliente.
La persona intermedia es aquella a quien Dios le aborrece, y esa clase de personas son las que finalmente terminan siendo vomitados del estómago de Dios, de la Presencia de Dios. (Apocalipsis 3:15-16). Es decir, los que están en la casa de Dios como tibios, aquellos que creen que aparentemente van a poder mantener ese estilo de vida, van a permanecer, pero al final la Palabra de Dios dice, “Pero por cuanto eres tibio, y no frio ni caliente, te vomitaré de mi boca” (Ap. 3:16). Por eso, vuelvo a reiterar que debés definirte: o vas a ser un buen cristiano o vas a ser un buen mundano, y punto.
Cuando uno habla de ser una persona íntegra ante Dios, como su hijo/a, buscará la excelencia, porque sirve a un Dios excelente y perfecto. Y la Palabra dice en 1 Pedro 1:15-16, “SED SANTOS”. Porque vos sos uno de ellos, la perfección se debe ir desarrollando en vos, quieras o no; en otras palabras, debe ser algo natural. ¿Qué significa eso? Significa que debés cumplir con las instrucciones que el Señor nos dejó a través de su Palabra, y demanda que seas ejemplar, porque sos hijo de un Dios justo y perfecto.
No existe un tiempo de retorno, por eso es que no tenés que jugar con la salvación.
La conducta de algunos jóvenes hoy en día se ve principalmente afectada por el mal ejemplo que algunos adultos les están dando, porque el joven necesita un modelo.
Su modelo número uno son sus padres, luego los maestros, y por último las autoridades del país. Pero, ¿qué pasa? Muchas veces esos “modelos” fallan, y el joven empieza a tener una crisis de identidad. En vez de tener gente que le moldee, que le sea de inspiración, tiene en frente una cantidad de modelos que no le inspiran a nada, que solo le llevan a la mediocridad, y a una doble vida. Motivo por el cual surge en el joven una frustración muy grande, y esa frustración desestabiliza.
Pero Cristo es el modelo perfecto, y si los modelos de la sociedad han fallado, yo le tengo a Cristo. Y si Cristo es mi modelo, y yo le imito a Él, voy a encontrar siempre que Él nunca falla, y siempre va a ser ejemplar. Eso va a traer paz a tu corazón, y podrás inspirar paz a los demás.
Por el Pr. Hermann Juilfs