¿Tristeza o depresión?
07/05/2024Las bendiciones a tu alrededor
07/05/2024¿De qué se trata y cómo detectarlas?
En primer lugar, es importante entender qué es la dependencia emocional, puesto que esta es la base de las relaciones co-dependientes.
Consideramos a la dependencia emocional como la excesiva necesidad de afecto que tiene una persona en relación a otra, y esta, también considerada una enfermedad relacionada a la adicción hacia la mencionada persona, que generalmente se presentan en las relaciones de pareja. Para otros expertos en conducta humana, sugieren que se trata de un trastorno de la personalidad con la característica de una búsqueda constante de seguridad en factores externos alejados del criterio propio, el conocimiento y las capacidades, actualmente la dependencia emocional se presenta como uno de los trastornos con mayor pedido de ayuda en las clínicas y consultorios psicológicos.
Por un lado, profesionales de la salud mental, lo comparan con las adicciones al alcohol, que no es muy exteriorizada por los varones, la mayoría de las veces por sentimientos de vergüenza. No es un tema vinculado con exclusividad en las parejas, también se presenta en el marco de las relaciones familiares, comúnmente de los hijos en relación a los padres.
Esta situación lleva al individuo a renunciar a su sentido de libertad y empezar a transitar el largo y tortuoso camino de tener que subsistir para la aprobación y aceptación de una persona manipuladora y maltratadora.
Las personas con tendencia a la dependencia emocional ubican a su relación muy por encima de otras prioridades e incluso por encima de sus propios intereses, se puede definir como una forma de idealización o idolatría propiamente dicha. Una particular característica de los dependientes emocionales, es que generalmente buscan relacionarse o establecer un vínculo con personas posesivas, dominantes, con actitudes de egoísmo, con conductas hasta si se quieren, desconsideradas. De este modo, el dependiente, por sobre su conciencia del maltrato recibido, pide perdón hasta por errores que no ha hecho en su deseo y búsqueda de reconciliación y recibir afecto y aprobación.
Es necesario considerar que una persona dependiente va desarrollando fuertes crisis de ansiedad y depresión, producidos por el desprecio por ellos mismos al ver que su pareja no la ama y por el contrario la maltrata y la daña. En la medida que el maltrato aumenta, la persona dependiente se vuelve cada vez más sumisa, y esto lleva a la consolidación de una relación llena de emociones toxicas, que aunque personas allegadas busquen ayudarla y orientarla en la búsqueda de una salida a la relación enferma, la persona se resiste a recibir ayuda y hasta está dispuesta y decidida a sacrificar su vida social y sus allegados se preocupan y no pueden lograr un acercamiento. Una persona dependiente difícilmente logra momentos de felicidad y satisfacción, por el contrario, se llena de sentimientos de infelicidad y frustración debido a las altas demandas de su pareja y la imposibilidad de satisfacerlas.
Algunas características específicas de las personas dependientes son:
Autoestima baja, Inseguridad, insatisfacción personal, miedo a la soledad, tendencia a conductas de sumisión excesiva, la consideración del maltrato como algo normal, excesiva necesidad de la pareja, negación y/o distorsión de la realidad, complejos físicos, sensación de culpa constante.
Es muy necesario hacer la aclaración que por sobre que somos seres creados para relacionarnos, está la individualidad de cada persona, o sea que, para lograr el desarrollo y la satisfacción plena debemos reconciliarnos con nuestro creador y a continuación desarrollar el amor, la aceptación y el perdón con nuestro propio ser, recibir la gracia de Dios y vivir en la plenitud de ella.
Toda persona tiene que aprender a descubrir en la soledad un espacio y una oportunidad de relacionamiento con Dios y un aprecio y satisfacción en su relacionamiento familiar y de amistad.
En conclusión para desarrollar un equilibrio emocional en una relación de pareja, las personas tienen que dar prioridad a su relacionamiento con Dios y su relacionamiento con familiares y amigos.
Una relación de pareja sana se caracteriza por el respeto y la confianza, en un ambiente de constante apoyo y la búsqueda de resolución de conflictos a través del acuerdo, la apertura para compartir ideas y sentimientos de forma amena y abierta, sin que ninguno de los integrantes busque imponerse.
La bendición de Dios es la que enriquece y no añade tristeza con ella.
Proverbios 1:22